La Navidad, una época que se presta especialmente a excesos alimentarios en cuanto al tipo de alimentos y bebida que comemos en una concentración récord de tiempo: foie, ibéricos, quesos, carnes o pescados en raciones abundantes con guarniciones “potentes”, todo bien regado con vinos ricos y, para postre, copas con bebidas azucaradas y dulce, muuucho dulce.
Quien más quien menos habremos sucumbido a alguna de las tentaciones antes mencionadas y…no es tanto por el exceso de kilos (hay metabolismos muy agradecidos) sino por la sensación de empacho, pesadez, digestiones pesadas…ganas de sentirse más ligero que muchas de nosotras decidimos hacer en este mes de enero una operación détox.
Aquí van unos tips sencillos de llevar a cabo que pueden ayudarnos en este propósito:
- El día que escojamos, ¿Lunes? ¿Martes? Haced un día de sólo caldo – verduras y una excepción en el desayuno, 2 frutas + 1 yogur. Ese día hambre como tal no pasaremos, y el beneficio de dejar descansar órganos que intervienen en la digestión son múltiples. Un solo día, es posible.
- Congelad todo lo que haya sobrado de estos días de celebración que no acostumbrábamos a comer antes del 20 de diciembre: turrones, embutidos, mazapanes, pastas, tartas, foie, roscones, ciertos quesos. Todo esto bien envuelto en papel de film aguanta fenomenal, y lo podemos ir sacando progresivamente en días de celebración puntuales.
- Bebed agua aún sin sentir sed, nos ayudará a controlar la sensación de estómago vacío, depurar y eliminar a través de la orina excesos de estos días atrás.
- Intentar basar la alimentación en alimentos del reino vegetal desplazando temporalmente a las carnes, mariscos y pescados que estos días los hemos consumido seguramente en más cantidad y frecuencia acostumbradas. Legumbres, todo tipo de verduras, frutos secos, hortalizas…sin miedo a comer de primero un puré y de segundo una verdura salteada con unos frutos secos por ejemplo. 2 días de legumbre/semana son muy aconsejables, cocinadas con base de verduras.
- Caminad: ahora que se cumple esto de “el Niño nacer y el día crecer” podemos instaurar cómo hábito esos 30 minutos al final de la jornada y encajar la actividad física que parece se nos resiste con mucha facilidad. Un paseo de 30 minutos diarios a buen paso es una buena manera de desperezar los músculos. Después, en función de la edad y la condición física de cada persona, se debe ir intensificando y diversificando el tipo de ejercicio
- No comer más tarde de las 20 horas: adelantad la última comida lo máximo posible. Os animo a probarlo, el cuerpo responde genial, el descanso mejora, se disfruta más de la cena temprana.
Esperamos haberos ayudado y no dudéis en solicitar vuestra cita con nuestra compañera Begoña Aubá en Centro Materno Infantil Rosales del Canal en el tlf. 876 614 003
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