El próximo día 14 de septiembre se celebra el día Mundial de la Dermatitis Atópica, una enfermedad que desde hace unos cuantos años ha pasado de ser una patología desconocida a formar parte del vocabulario de los padres y los pediatras.

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel producida por varios factores: una predisposición genética, una alteración de la inmunidad, disfunción de la barrera epidérmica y factores ambientales. Afecta a casi el 20% de la población infantil y aunque los brotes mejoran con la edad, puede perpetuarse en la edad adulta. Es una enfermedad que evoluciona en brotes con eritema (rojez), prurito y descamación y que afecta a la calidad de vida de los pacientes tanto por la intensidad de los síntomas como por la frecuencia de los brotes.

El tratamiento precoz de las lesiones evita la diseminación de los mismas, por eso aconsejamos aplicar antiinflamatorios tópicos en cuanto se aprecien las primeras lesiones en los niños con dermatitis atópica conocida.

El uso de emolientes o crema hidratantes cuando hay inflamación NO es aconsejable pues aun cuando existen excelentes productos cosméticos, no tienen efecto curativo, y su aplicación sobre la piel inflamada producen picor en las lesiones de dermatitis y pueden sensibilizar a ciertos componentes habituales de los cosméticos. Estas cremas se reservan para cuando el niño está curado y no tiene lesiones.

Otros consejos como duchas o baños de corta duración, evitar los baños con agua muy caliente, usar ropa de algodón mejor que sintética que facilitan la traspiración son medidas que ayudan a mantener la piel atópica hidratada.

No hay que tener miedo al uso puntual de corticoides tópicos, es el mejor tratamiento hasta la fecha con menor tasa de efectos secundarios. Un corticoide prescrito por un médico con experiencia en su uso curará sin complicaciones el brote, pues se usan pautas cortas con rotación de aplicación en los diferentes lugares de afectación.

También usamos los inhibidores de la calcioneurina que son moléculas que las podemos usar de forma crónica sin efectos secundarios importantes. Tu dermatólogo te ayudará a identificar la aparición de lesiones y como debes tratarlas.

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